Los antibióticos solo funcionan contra infecciones bacterianas, no contra virus como El COVID-19, ni sus síntomas.
La resistencia a los antibióticos prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad. Con al menos 70.000 muertes anuales en el mundo y la posibilidad de alcanzar 10 millones de fallecimientos para el año 2050, la resistencia a los antibióticos (RAM) es señalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como uno de los Desafíos de la Salud Mundial a combatir en esta década.
La evolución en la producción de antimicrobianos se ha acompañado de un incremento marcado de la resistencia de bacterias, hongos, parásitos, incluso virus, tales como el COVID-19, una posibilidad que podría dificultar el tratamiento de esta pandemia que ya ha dejado más de 6.400 víctimas mortales alrededor del mundo.
Según la OMS, Latinoamérica es la tercera zona geográfica con mayor número de defunciones para 2050 por esta causa y se estima que el daño económico causado por la RAM podría ser comparable al de la crisis financiera mundial de 2008-2009, debido al aumento de los gastos en atención sanitaria, impacto en la producción de alimentos, el comercio, así como el aumento de la pobreza y la desigualdad.
Ante el pánico colectivo que ha generado la expansión de este virus, varias personas han empezado a tomar medicamentos sin receta médica para atender los síntomas de una ‘gripe normal’, ingiriendo antibióticos para la «infección» en la garganta. Este panorama no es favorable para la lucha de resistencia antimicrobiana (RAM) que enfrenta el mundo actualmente.
La OMS ha sido reiterativa con esta situación y enfatiza en que no se deben usar antibióticos como medio de prevención o tratamiento de la COVID-19. Solo deben usarse para tratar una infección bacteriana siguiendo las indicaciones de un médico.
De acuerdo con el organismo mundial, «aunque algunos remedios occidentales, tradicionales o caseros pueden proporcionar confort y aliviar los síntomas de la COVID-19, no hay pruebas de que los medicamentos actuales puedan prevenir o curar la enfermedad». La OMS no recomienda la automedicación, en particular con antibióticos, para prevenir o curar la COVID-19.
Se considera importante enumerar algunas medidas de prevención que debemos tener en infecciones respiratorias, las cuales son aplicables ante esta contingencia de salud.
- Ingerir abundantes líquidos diarios. El volumen total de líquidos diarios debe ser entre 2 y 3 litros.
- Ingerir abundante cantidad de frutas diariamente, sobre todo frutas cítricas por su alto contenido en vitaminas y minerales como la vitamina C y otras
- Evitar tener contacto de las manos con las mucosas.
- Lavarse las manos frecuentemente para evitar la contaminación del virus que puede permanecer hasta 7 días en superficies sólidas.
- Evitar la asistencia a lugares con gran acumulación o congregación de personas, lo que aumenta el riesgo de contagio directo
- Evitar el contacto con otras personas con procesos respiratorios. En caso de ser necesario, emplear un tapaboca o naso buco como medida de protección adicional.
- En caso de presentar manifestaciones respiratorias, utilizar tapaboca o naso buco como medida de protección adicional, o taparse la boca con un pañuelo desechable o con el ángulo del codo al estornudar.
- No auto medicarse.
- Ante la presencia de manifestaciones respiratorias, contactar de inmediato a los servicios de salud para una mejor orientación de las medidas a implementar.